19 de agosto de 2013

La importancia de la lactancia materna

Hay varias aristas a considerar cuando hablamos de la lactancia materna. No solo es el mejor alimento para los recién nacidos, pues brinda todos los nutrientes necesarios durante los primeros meses de vida, sino que constituye el vínculo por excelencia entre la madre y su hijo. En tercer lugar, también ofrece ventajas desde el punto de vista económico ya que, hasta los seis meses de vida del bebé, la leche es ––o debería ser–– su único y exclusivo alimento.
Tal cual lo han consignado la Organización Mundial de la Salud (OMS), UNICEF y las Sociedades de Pediatría de todo el mundo, lo recomendable es mantener una lactancia materna exclusiva hasta los seis meses de edad del niño, y prolongarla hasta los 2 años, combinada con los alimentos adecuados.
A continuación explicaremos los beneficios de la lactancia materna.


Se recomienda que la leche materna sea el alimento exclusivo hasta los 6 meses.

Un bebé sano (y un adulto con ventaja)

Un niño que ingiere leche materna es un niño con mejor calidad de vida. Está comprobada su acción para prevenir enfermedades no solo durante esos primeros pasos en la vida del bebé, sino también en la adultez.
Por ejemplo, los niños a los que se alimenta sostenidamente con leche materna serán hombres y mujeres con menos chances de sufrir problemas de hipertensión, uno de los flagelos más extendidos en las sociedades actuales.
Por otro lado, la lactancia materna reduce la incidencia de enfermedades como la diabetes, la obesidad y ciertos tipos de cáncer.
Además, incrementa el rendimiento cognitivo. En efecto, se han realizado seguimientos a adultos que en su infancia fueron alimentados por leche materna y a otros que no. Los primeros demostraron un desarrollo cognitivo superior al grupo de los que no recibieron ese preciado alimento natural. ¿Cómo se traduce esto? Ausencia de problemas de aprendizaje y rendimiento escolar superior.
En otras palabras, dar leche materna a un recién nacido es una inversión cuyos beneficios se sentirán aun en la vida adulta.

Una mamá feliz

¿Cuántas veces hemos escuchado a mujeres que, escudándose en argumentos al menos dudosos, ven con malos ojos alimentar a sus pequeños a base de leche materna?
Qué “cómo quedarán mis pechos luego de amamantar”, que “no tengo tiempo”…
En rigor de verdad, estas “excusas” pierden su valor cuando se comparan con las enormes ventajas de dar de mamar.
La mujer que da la teta se verá más protegida contra la diabetes y diversos tipos de cáncer de mama y ovarios. Aparte, mejorará su autoestima porque sentirá que ella tiene lo necesario para nutrir la vida de ese niño; que no solo le otorga beneficios en lo inmediato, sino que está poniendo las bases para un buen desarrollo futuro.
No debemos soslayar que en determinados casos, amamantar no es tan fácil como parece; hay muchos factores psicológicos que pueden dificultar este ritual: nervios, incomodidad, dolor, miedos e incluso desconocimiento. Ante esto, son fundamentales la paciencia y la predisposición a informarse con respecto a los beneficios de la leche materna.

Amamantar: una tarea de todos

Claro que la responsabilidad no solo recae en la mamá: es innegable la acción negativa de los factores mencionados más arriba; pero al mismo tiempo, entra en juego el modo de vida moderno, que nos da cada vez menos margen. Sin embargo, y precisamente por esto, los demás integrantes de la familia o allegados tendrán que colaborar para que la mujer pueda tomarse ese tiempo de tranquilidad con su bebé, un tiempo que es solo de ellos dos y que redundará en una mejor calidad de vida para ambos.

Hoy en la Salud, Actualizado el: 8/19/2013


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi bebe tiene 11 dias lo he colocado antes tomaba pero ya no quiere y grita mucho cuando lo intento. Que puedo hacer...ayudenmen..!!

Unknown dijo...

Por supuesto que lo primero y más aconsejable es acudir al médico, que es quien mejores respuestas podrá darte. Pero mientras tanto, procura mantenerte tranquila a la hora de amamantar, créate un espacio ameno, lejos de ruidos y, en lo posible, en un cuarto no transitado por otros. Además, cuida tu alimentación. Pero, repetimos, acude a tu médico cuanto antes. ¡Saludos y que se solucione el asunto!

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