31 de agosto de 2013

Alimentación durante el embarazo

Al atravesar un embarazo, el cuerpo y la conducta de las mujeres experimentan incontables cambios: físicos, hormonales, de carácter… Hoy nos detendremos en un aspecto particular y al que se le debe prestar especial atención: la alimentación durante el embarazo.
El incremento del hambre y la ansiedad propios de este período ubican a la comida en un lugar preponderante. Si a esto le sumamos la frecuente acidez y náuseas y, sobre todo, que la mujer debe nutrir a esa vida que se está gestando en su interior, veremos que la alimentación pasa a ser un aspecto fundamental a considerar.
Ahora bien, teniendo en cuenta todos estos aspectos, ¿qué es lo que no puede faltar en la dieta de una embarazada?
Un mito que vale la pena desterrar es que la mujer embarazada tiene que “comer el doble”. En realidad, lo que se debe perseguir es una dieta saludable, variada y que cubra los requerimientos nutricionales.

Las frutas y verduras son fuente de sustancias indispensables para llevar un buen embarazo.






Lo que no puede faltar

El hierro, el calcio y el ácido fólico son componentes indispensables en la dieta de una embarazada ––en verdad, de toda mujer––, pues no solo fortalecerán su organismo, sino también el de su bebé, ya que prevendrán malformaciones congénitas. Y si bien pueden ser suministrados por el médico en forma de suplementos, es importante generar conciencia acerca de lo valioso de una alimentación sana y variada, y ampliar los conocimientos en este tema.

Desayuno y merienda

Para cubrir los 1.200 miligramos de calcio que requiere una embarazada, se puede empezar el día con un yogur, frutas y pan integral con queso. Una alternativa interesante consiste en sumar frutos secos, que aportarán omega 3.
Luego, para evitar la constipación es recomendable incluir fibras en forma de cereales y panes integrales.
Asimismo, se deben evitar las infusiones como el café y el té, ya que funcionan como estimulantes que pueden afectar al bebé.

El almuerzo y cena

Como es indispensable la ingesta de hierro, no pueden faltar la carne y ciertas verduras; y a la vez, para facilitar la absorción del hierro, es necesario incorporar vitamina C, que está presente en los cítricos. En caso de sufrir acidez, podemos hallarla, por ejemplo, en durazno o el kiwi.
El arroz integral es otros de los platos fundamentales, y puede acompañarse con acelga, espinaca y demás verduras; una tortilla de verduras también será buena fuente de nutrientes, aunque se recomienda prepararla con clara de huevo, prescindiendo de la yema.
Otro de los infaltables es el pescado, en cualquiera de sus formas: atún, sardina, natural, en lata… Nos proporcionará buenas cantidades de omega 3.
A la hora del postre, la gelatina es una buena alternativa, ya que contiene una gran proporción de otro elemento infaltable: agua. También la ensalada de frutas o un flan con leche descremada.

Equilibrio y variedad

Estar embarazada no implica comer de más; tampoco engordar. De lo que se trata es de cubrir las necesidades nutricionales de un cuerpo que está cambiando y dentro del cual se está gestando una vida. En este sentido, la variedad de alimentos ––procurando evitar las grasas, las infusiones y el alcohol–– será fundamental para cimentar de la mejor manera al bebé. Y en caso de que haya ciertas comidas que no te gusten, podrás compensar con suplementos vitamínicos y minerales que te indicará tu médico.

Hoy en la Salud, Actualizado el: 8/31/2013


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