La
cercanía de la primavera ––en el hemisferio sur–– no significa solamente la
vuelta de las altas temperaturas y los días agradables… Para muchas personas,
implica un problema debido a la aparición de las ya muy comunes alergias. Aquí
te contaremos qué es la alergia
primaveral y cómo se puede evitar.
El
principal responsable de esta problemática, que afecta aproximadamente a una de
cada cinco personas, es el polen que despiden determinadas especies de plantas
a la hora de reproducirse. Los profesionales explican que la alergia se produce
a causa de una reacción de defensa desproporcionada del organismo ante un
estímulo que es en verdad inofensivo.
En
cuanto a los síntomas de la alergia
primaveral, son numerosas las molestias que puede causar esta afección
estacional: irritación de ojos y de las vías respiratorias, los consecuentes
estornudos, estado de cansancio general e incluso conjuntivitis. Es muy común
que la sintomatología de la alergia primaveral se confunda con el de un resfrío
normal.
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Los alérgicos deben tomar recaudos en la estación primaveral. |
Cómo combatir la alergia
Los
profesionales hablan de tres maneras de combatir la alergia primaveral: en primer lugar, considerando que esta afección
es crónica, se recomienda evitar o reducir al mínimo posible la exposición al
polen. Por ejemplo, tratar de no salir en los días de altas temperaturas y con
vientos, pues el polen volará y se incrementarán las probabilidades de que
ingrese en los ojos y vías respiratorias. Por ello, si es inevitable salir, una
forma de reducir el riesgo consiste en usar anteojos; también se recomienda no
dormir con las ventanas abiertas, para evitar el ingreso de los alérgenos en las
vías respiratorias. Aparte, hay que resaltar el papel negativo que la
contaminación del aire y el consumo de tabaco ejercen en las personas con
alergia.
Por
supuesto que existen medicamentos que pueden aliviar la sintomatología; en general,
se trata de sprays de tres tipos: bronquiales, nasales u oculares. Por lo
general, el efecto de estos fármacos no es demasiado prolongado, y muchas veces
terminan colmando la paciencia de los usuarios, que suelen abandonarlos al poco tiempo.
Por
último, hay una tercera opción avalada por la Organización Mundial de la Salud (OMS): un tratamiento por medio del
cual se expone al organismo a dosis pequeñas pero crecientes de polen,
permitiendo que se vaya acostumbrando y aumentando la tolerancia ante los
alérgenos. Las pruebas con este método han demostrado una efectividad más que
aceptable, protegiendo al organismo por años.
Sin
embargo, como siempre decimos, ante la aparición de los primeros síntomas es
necesario acudir a una consulta con el médico, ya que, en general, la alergia puede
confundirse con un resfrío, y el tratamiento para una y otra afección son distintos.
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