Un grupo de científicos alemanes llegó a la conclusión de
que el estrés puede ser contagioso.
Sí, a pesar de que siempre se ha vinculado este mal moderno con cuestiones de
la vida cotidiana, como el trabajo y las obligaciones diarias, ahora se sugiere que
podría contagiarse entre las personas.
En la experiencia, los investigadores dividieron a los participantes en dos grupos: uno debía resolver operaciones matemáticas y someterse a entrevistas laborales; el otro debía mirar al primero. El simple hecho de ver a los demás resolviendo los problemas bajo presión, provocó que los miembros del segundo grupo aumentaran sus niveles de estrés.
La conclusión de los investigadores del instituto Max Planck
es que un sujeto en estado de relajación corre peligro de “contagiarse” al
estar en presencia de alguien estresado, con mayor incidencia si hay algún
vínculo entre ellos.
También se sugirió que ser testigo de una situación como las que se dan en algunos programas de televisión, en que se enfrenta a cierta gente con sus miedos, puede contagiar el estrés a los televidentes.
Pero, ¿qué es el estrés?
El término español “estrés” se ha tomado del inglés
“stress”, que significa tensión. Se trata, en pocas palabras, de la respuesta
que nuestro organismo tiene ante diversas circunstancias que se perciben como
amenazantes o sobreexigentes.
El estrés se ha transformado en uno de los males de nuestro tiempo. |
Se vincula con la supervivencia y se caracteriza, en un
nivel fisiológico, por la liberación de la llamada “hormona del estrés”: el
cortisol.
Es evidente que la sociedad actual, con su carga de
obligaciones y el ritmo de vida que impone, puede provocar un estado de estrés,
cuyos principales y primeros síntomas son los siguientes: nerviosismo con
temblequeos, inquietud, incremento de la frecuencia cardíaca, dilatación de
pupilas y sudoración excesiva.
El estrés crónico y sus consecuencias
Si bien, como decíamos, el estrés es una respuesta fisiológica
tendiente a la autopreservación, al pasar un cierto límite —que es variable
según las personas— puede considerarse un problema de salud que no solo
afectará por sí mismo, sino que también allanará el camino para que otras
dolencias se instalen en la persona.
En ciertos casos, los síntomas que acompañan al estrés no se
limitan solamente a las situaciones de peligro o tensión; se dice, entonces,
que el estrés se ha vuelto crónico; y de no tratarse, generará problemas como
olvidos, inestabilidad emocional, nerviosismo, escasa concentración, dolores,
caída de cabello, acné, sobrepeso, pérdida del deseo sexual e inconvenientes
para dormir.
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