Cada vez con mayor frecuencia se escucha hablar del “parto humanizado” como una alternativa
a las formas convencionales de dar a luz, ya sean los partos naturales tal cual
los conocemos y las cesáreas. Pero, ¿en
qué consiste el “parto humanizado”?
Básicamente, implica que la mujer que dará a luz pueda
elegir un ambiente que le genere comodidad para tan importante tarea. Dentro de
“comodidad” se incluye la libertad para elegir el lugar —que puede ser la
propia casa, siempre que no se prevean inconvenientes en el parto—; la
posibilidad de tener acompañantes, como el marido o algún familiar; una música
que haga sentir bien a la mujer; determinada iluminación o condiciones, como
parir en cierta posición o hasta en el agua.
En pocas palabras, se trata de la libertad de los padres
para elegir el modo en que se efectuará el parto. Esto no solo conlleva una
drástica reducción de los procedimientos invasivos —la cesárea es el
principal—, sino también el respeto a los deseos de quienes traerán esa nueva
vida al mundo, dándoles un rol protagónico pues, al fin y al cabo, son ellos
los actores principales.
El parto humanizado significa más bienestar para la madre y para el niño. |
Parto humanizado y recursos
Por supuesto que la posibilidad de llevar adelante un parto
humanizado no obedece solo a los deseos de la madre, sino a la disposición de
recursos —materiales y humanos— de la institución encargada de la asistencia,
como así también a las condiciones en que se atravesó el embarazo y la mayor o
menor probabilidad de sufrir problemas en el transcurso del parto.
Por eso, si estás esperando un hijo y te interesaría vivir
esta experiencia que “naturaliza” y, como su nombre lo indica, “humaniza” el
parto, debes consultar con el centro médico o la cobertura social. Recuerda que
en muchos países —entre ellos, Argentina— el parto humanizado está amparado por
leyes que establecen que los profesionales deben informar a la madre acerca de
las distintas alternativas y permitir que ella decida cómo llevar a cabo el
parto, dentro de un abanico de posibilidades que estará dado por la disposición
o no de recursos de la institución de salud.
La ley también habla de evitar, siempre que se pueda, la
implementación de métodos invasivos y el uso de medicamentos, ya sea a la madre
o al bebé, cuyo uso no sea indispensable para la salud de cualquiera de ellos.
Asimismo, la alternativa del parto humanizado es promovida
por la Organización Mundial de la Salud, desde donde se aconseja reducir el
porcentaje de nacimientos por cesárea del 35 por ciento actual a un 16 por
ciento.