A menudo se asocia al té
verde con una cantidad enorme de beneficios que su consumo tendría en nuestros
organismos.
Es que a primera vista, tras
un breve recorrido por Internet, cualquiera diría que no hay bebidas capaces de
reunir tantas ventajas como esta.
En tal escenario de
continuo flujo informativo, ya no sorprende que día a día se publiquen más y
más notas que resaltan los innumerables beneficios
del té verde, casi en relación proporcional con otras que echan por tierra los
“poderes” de esta infusión. Ahora bien, ¿cuáles son los mitos y verdades sobre el té verde?
Saber milenario…
En realidad, hablar del té
verde no se trata de una moda; de hecho, ya a fines del siglo XII, en El Libro del Té, Zen Eisai describía los
beneficiosos efectos de consumirlo. Ya entonces se hablaba de sus propiedades
medicinales, de lo bueno que resultaba para la piel, el sistema urinario y el
cerebro. También se pasaba revista de cómo podía prevenir la indigestión, el
cansancio y las consecuencias de la ingesta de alcohol.
En una palabra, la medicina
tradicional oriental lo considera prácticamente una panacea, el remedio para
toda enfermedad.
La preparación del té es toda una ceremonia en Japón. |
…y ciencia moderna
Más acá en el tiempo, la
ciencia ha estimado y desestimado, casi a partes iguales, las milenarias
bondades del té verde.
Sí se ha asumido que su alto
contenido de L-teanina sirve para desarrollar las funciones cognitivas,
incluidas la atención, la concentración, la memoria y el aprendizaje.
Además, se cree que esta
sustancia es importante para reducir el estrés. Y los antioxidantes, también
presentes en el té verde, retardarían la degradación de las células. En
consecuencia, esta bebida funcionaría como rejuvenecedor natural de la piel y
los dientes, y fortalecedor de los huesos. Sin mencionar su capacidad de quemar
las grasas y su consecuente poder adelgazante.
Pero hoy en día, no pocos
creen que los proclamados beneficios del
té verde no son más que un mito.
Ciertas hipótesis de trabajo hablan
de una relación entre el consumo de té verde y una posible reducción del
colesterol; además, se estudia si una sustancia presente en el té verde es
capaz de proteger a las células contra el ataque del VIH (virus de
inmunodeficiencia humana).
El consumo de té verde se está extendiendo en Occidente. |
Muchos de los defensores de
esta bebida aseguran que su consumo sostenido reduce el desarrollo de diversos
tipos de cánceres, cosa que la Administración
de Alimentos y Drogas de los Estados Unidos ha rechazado; no obstante, un
trabajo de científicos japoneses afirma que las personas que beben más de tres
tazas diarias de té verde tienen un menor riesgo de padecer enfermedades
cardiovasculares y cáncer.
Otra de las incontables
presunciones en torno de los beneficios
del té verde afirma que esta infusión contribuye a detener la progresión de
enfermedades degenerativas como el mal de Alzheimer, la artritis y la esclerosis.
Sus fanáticos no vacilan en decir, lisa y llanamente, que el té verde “alarga
la vida”, pues prevendría el mal de Parkinson, evitaría la inflamación de la vesícula biliar y mejoraría la salud de las arterias.
A la espera de certezas
Como vemos, muchas de las
supuestas propiedades del té verde aún están por determinarse; y lo mejor al
referirse a sus beneficios hoy por hoy es, desgraciadamente, utilizar el
potencial. Lo que sí puede decirse con certeza, es que si algún día se prueba
de manera irrefutable aunque más no sea la mitad de las propiedades que se le
adjudican, estaríamos frente a una bebida que no debería faltar en ningún
hogar.
Lo que más tenemos en la
actualidad, son, en su mayor medida, mitos
sobre el té verde, mucho más que verdades comprobadas.
Por el momento, es recomendable beberlo aunque, lo mismo que con cualquier alimento, en proporciones justas, sin abusar. Incluso hay quienes no descartan una consulta con el profesional médico, pues algunas de las sustancias que contienen podrían resultar nocivas en ciertas condiciones.
Lo que sí podemos decir es que ningún alimento nos dará calidad de vida por sí solo, que no existen milagros en esta empresa de sentirse bien. Depositar toda nuestra esperanza de bienestar en una tacita de té, o en lo que sea, no nos salvará; en verdad, tenemos que encargarnos de estar mejor, llevando un modo de vida saludable y, por supuesto, complementarlo con alimentos ricos en propiedades beneficiosas. Así, quizá no dependamos de una sustancia mágica, sino de nosotros mismos y nuestras ganas de vivir.
Por el momento, es recomendable beberlo aunque, lo mismo que con cualquier alimento, en proporciones justas, sin abusar. Incluso hay quienes no descartan una consulta con el profesional médico, pues algunas de las sustancias que contienen podrían resultar nocivas en ciertas condiciones.
Lo que sí podemos decir es que ningún alimento nos dará calidad de vida por sí solo, que no existen milagros en esta empresa de sentirse bien. Depositar toda nuestra esperanza de bienestar en una tacita de té, o en lo que sea, no nos salvará; en verdad, tenemos que encargarnos de estar mejor, llevando un modo de vida saludable y, por supuesto, complementarlo con alimentos ricos en propiedades beneficiosas. Así, quizá no dependamos de una sustancia mágica, sino de nosotros mismos y nuestras ganas de vivir.
2 comentarios:
Muy buen artículo, yo no tenía ni idea de que se dice que el té verde valía para todo eso, yo solo sabía que era bueno para la retención de líquidos
Hola Alejandro. Sí, la verdad es que, aunque todavía falta mucho por investigar acerca del té verde, no hay dudas de que se trata de una bebida muy beneficiosa. Si se comprobara la mitad de lo que se dice, ya sería demasiado. Gracias por leernos.
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