Se conoce con el nombre de endorfinas a un conjunto de neurotransmisores producidos en nuestro
cerebro, más precisamente por el hipotálamo y la glándula pituitaria.
Sus numerosos beneficios se vinculan con su calidad de opioides, lo cual significa, nada más y
nada menos, que ejercen en nuestro organismo un efecto similar al de las
sustancias derivadas del opio. Por supuesto, con la diferencia de que las
endorfinas carecen de los efectos secundarios de las drogas.
Efectos de la liberación de endorfinas
Son muchas las maneras en que la circulación de endorfinas
repercute en nuestro organismo. Y antes de mencionar algunas de ellas, vale
recordar que no en vano se dice que las
endorfinas son la clave de la felicidad.
De hecho, provocan sensaciones de bienestar, placer y
alegría; tienen un efecto analgésico y contrarrestan la depresión, el estrés y el dolor físico.
Además, estimulan la actividad nerviosa, contribuyen a superar trastornos físicos y/o
emocionales con mayor rapidez, y a evitar sus secuelas. También refuerzan los
vasos sanguíneos y el sistema inmunológico en general, y actúan como regulador de la presión arterial.
Aparte, un flujo sostenido de endorfinas nos volverá
optimistas y subirá nuestra autoestima.
Si hablamos de sus efectos visibles, las endorfinas retrasan
el envejecimiento; harán ver más joven nuestra piel y nos llenarán de una
seguridad que nadie podrá dejar de advertir.
El chocolate ayuda a producir endorfinas... ¡pero no abuses! Hay otras formas. |
Actividades que liberan endorfinas
Ahora bien, ¿cómo podemos ayudar a la segregación de esta
hormona? Por suerte, son muchas las variantes.
Sin embargo, hay amplio consenso en que la actividad física
es la principal amiga de las endorfinas. De hecho, hacer cualquier ejercicio,
como correr, nadar e incluso caminar, será suficiente para que nuestro cerebro
reciba la instrucción de liberar endorfinas y llenarnos de bienestar. Si lo
hacemos con regularidad, ¡mejor todavía!
Otros modos de producir esta hormona se vinculan con mantener
relaciones sociales y sexuales satisfactorias, disfrutar de una buena comida,
un café, chocolate, estar al aire libre y viajar; también nos dará placer
reír, leer un libro, bailar, escuchar nuestra música preferida y explorar el lado
artístico que llevamos dentro. Asimismo, la acupuntura, el yoga y la meditación incrementan la
producción de endorfinas, nutriéndote de energía positiva.
Por supuesto que estas actividades, aun llevándose a cabo de manera aislada, servirán para segregar
endorfinas, pero su efecto no será demasiado prolongado, pues estas hormonas son rápidamente eliminadas por otras enzimas.
Entonces, lo ideal es poder
sostenerlas y realizarlas con asiduidad. De poco servirá hacer ejercicio
una vez al mes o darte los gustos cada tanto. Procura escapar de la rutina
cuando te sea posible, preocúpate por reír, por ser positivo, cultivar tu
faceta artística y social, estar en contacto con la naturaleza, saciar tu curiosidad, aprender, e integrar todo esto a tu modo de vida diario. En fin, averigua qué te gusta y trata de enfocarte en ello. Así
conseguirás la verdadera felicidad... o al menos, te acercarás a ella.
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